¡Hoy es el día de Domingo Savio!

Gracias a él, aprendimos que para ser santo basta hacer algunas cosas bien:
- Ser buen compañero.
- Cumplir con los deberes de cada día.
- Rezar, confesarse y comulgar seguido...
¡Y nada más!
De esa manera, siempre vamos a estar contentos, aunque también debamos atravesar algunos momentos tristes.
Viviendo así, seremos causa de alegría para nuestra familia, para nuestros amigos y compañeros... Y podremos encontrarnos de nuevo en el Cielo.
Así lo hizo él. Jugaba, hacía chistes, sabía ponerse serio cuando era el momento, y todos lo consideraban el mejor compañero. Llegó al Cielo cuando todavía no tenía 15 años.
¿Cuántos chicos del Oratorio, sin darse cuenta, ya están viviendo este camino de santidad? ¡Conocemos a unos cuántos! ¿Vos estás entre ellos?



.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Santos salesianos

El robot más bueno del mundo

Sensacional Oratorio de Verano